El mero hecho de entregar ordenadores no hace que la educación tenga su transformación tecnológica.

• Hace muy poco el Secretario Técnico y Académico Comisión Plan Nacional de Telecomunicaciones Argentina Conectada,  Emmanuel Jafrott, lo decía muy bien: “La tecnología no sirve para nada si no tenemos proyecto y, menos, sin contenidos”. Pues bien, en algunas regiones de España están sufriendo las consecuencias de haber visto a la tecnología como un fin y no como la herramienta facilitadora, global e integradora que es.

  
  

  
  

  OTRO FRACASO ESCOLAR DE ZP

  Educación 2.0: Adiós al proyecto educativo estrella de los socialistas

  24 MAR 2012 | ITXU DÍAZ

  “Un niño, un ordenador”. Con este atractivo lema puso en marcha el Gobierno en 2009 un ambicioso plan para digitalizar las aulas españolas, que ahora el Ejecutivo de Rajoy se ha visto obligado a suspender por los malos resultados obtenidos.

  Septiembre de 2009. El Gobierno de Rodríguez Zapatero aprueba la puesta en marcha del programa Escuela 2.0. (un niño, un ordenador), que salta de inmediato a todos los telediarios. El plan pretende la entrega de un “ordenador personal ultraportátil” a 392.000 alumnos y 20.000 profesores y se presenta como una auténtica revolución. “El aula digitalizada irrumpe en la educación española”, titulan algunos medios. El programa genera las primeras críticas el mismo día de su aprobación, y comunidades como Madrid, Valencia y Murcia no llegan a firmar el convenio para su aplicación.

  En tres años se invierten cerca de 300 millones de euros en su desarrollo, pero no se especifican los objetivos didácticos que persigue el plan, más allá de las pautas del documento Educación del siglo XXI, del Ministerio de Educación y del Instituto de Tecnologías Educativas, que apunta esencialmente al propósito de crear aulas digitales y de garantizar la conectividad a internet en los colegios.

  Marzo de 2012. Tan solo tres años después del inicio del gran proyecto tecno-educativo del ministro Gabilondo, el Gobierno de Rajoy decide poner punto final a la aventura, suspendiendo el plan Educación 2.0, o congelándolo durante un tiempo hasta analizar su verdadero impacto. Los expertos en educación denuncian ahora que no se les escuchó antes de poner en marcha el proyecto, e incluso acusan al Gobierno socialista de haber censurado un informe que ponía en entredicho la eficacia educativa del programa “Un niño, un ordenador”.

• Vender la noticia
  Durante la presentación del Informe de tecnología educativa 2011 José Manuel Lacasa, director del Instituto de Investigación Educativa, denunció que el Ministerio de Educación de Ángel Gabilondo censuró un capítulo del Informe de evaluación de diagnóstico 2010 que demostraba con datos que los colegios españoles en donde se había introducido el ordenador estaban obteniendo peores resultados académicos. En la comparación del informe original con el que finalmente publicó el Ministerio de Educación, sorprende la manipulación intencionada de la redacción, los datos y los gráficos.
  Aunque para la elaboración de Informe de evaluación de diagnóstico 2010 se encuestó a más de 2.800 alumnos de 887 colegios, 25.741 familias y cientos de profesores y directores, el documento publicado por el Ministerio de Educación afirmaba que el análisis de todos estos datos no permitía “afirmar nada concluyente sobre cómo influye en los resultados el uso más o menos frecuente de internet”.
  Sin embargo, tal y como ha denunciado Lacasa, el informe original elaborado por los expertos sí ofrecía importantes conclusiones, como esta: “Los alumnos que dicen no usar nunca o casi nunca el ordenador (51 %) en clase tienen una puntuación más elevada en las cuatro competencias -Lengua, Matemáticas, Mundo Físico, y Social y Ciudadana- que los que afirman usarlo todos o casi todos los días”.
  Otro dato que ha disparado la alarma en el ministerio actualmente encabezado por José Ignacio Wert señala que los alumnos que usan internet para comunicarse con otras personas a diario obtienen peores resultados en las cuatro competencias investigadas que aquellos que nunca lo utilizan para este fin.
  Todo apunta a que el Gobierno de Zapatero quiso vender pronto la noticia en el telediario en vez de escuchar las voces de los expertos implicados. Eso explicaría por qué se omitió también del documento final de Educación 2.0. la valoración sobre la introducción de ordenadores en los colegios realizada por los responsables del Informe PISA 2006: “A pesar de las grandes inversiones en la informatización de las aulas en buena parte de los países de Europa occidental, los centros con más ordenadores sacan peores resultados”.
  Los expertos responsables del Informe de tecnología educativa 2011 consideran que en los últimos años se han puesto todos los recursos posibles para mejorar la parte tecnológica de la educación, pero se ha olvidado la figura del profesor. José Manuel Lacasa cree que el modelo que propone el plan Educación 2.0, aunque está fortaleciendo la presencia tecnológica en las aulas, también está reduciendo el rendimiento de los alumnos. Lo que proponen los autores de este nuevo informe sobre tecnología educativa es llevar el foco de atención a la formación tecnológica del profesorado, y posteriormente calibrar qué tecnologías mejoran realmente el rendimiento académico, precediendo siempre su hipotética implantación en las aulas de rigurosos estudios y experimentos que avalen la nueva metodología.
  Planificado desde arriba
  Por otra parte, los malos resultados del proyecto Educación 2.0 no sorprenden a nuestros expertos. “En Europa occidental, hay bastantes países que no notan el efecto beneficioso del aumento de ordenadores en las aulas”, afirma Lacasa en Magisterio, “e incluso ven claramente que una mayor presencia de ordenadores es negativa”. También los datos de centros privados podrían arrojar algo de luz al problema: “Sacan mejores resultados y tienen menos ordenadores”, recuerda este profesor.
  La batalla de argumentos a favor y en contra del ordenador en las aulas viene de lejos. El Informe de tecnología educativa 2008 ya advertía que el problema español no es tanto la falta de equipamiento tecnológico en las aulas como su uso incorrecto. Entre los defensores de la implantación está Antonio Pérez Sanz, director del Instituto Tecnologías Educativas, que en el documento Escuela 2.0. afirmaba que “la organización escolar ha de experimentar cambios profundos”, incorporando las herramientas de la web 2.0”. Pérez considera que “ser competente en el tratamiento de la información exige buscar, manejar, clasificar y procesar informaciones” con los medios tecnológicos modernos, “al alcance de cualquier persona en el mundo actual”, e insiste en que esto no sea una actividad puntual en el aula, sino cotidiana. “Todo ello”, concluye, “es imposible conseguirlo en las aulas convencionales”.
  Nada ilustra mejor la situación vivida en torno a la polémica tecnologización de las aulas españolas en los últimos años que el caso extremeño. Por un lado, Extremadura se situó en 2003 a la cabeza mundial de ordenadores por alumno. “Un pupitre, dos alumnos y un PC. No se trata de Estados Unidos, sino de Extremadura. Esta región española se coloca a la cabeza mundial de ordenadores por alumnado de enseñanza secundaria”, así comenzaba entonces un entusiasta reportaje en el diario El País, anunciando el nuevo plan de la Junta. Pocos años después, la noticia es otra: en el Informe PISA 2010 Extremadura pidió expresamente no ser evaluada. De esta manera, resulta imposible conocer y comparar los datos de esta comunidad, que no por casualidad se mantiene desde hace años entre las que sufren mayor tasa de fracaso escolar.
  En definitiva, atendiendo a las diversas experiencias y a los estudios publicados hasta hoy, los malos resultados del plan Educación 2.0 podrían no estar relacionados tanto con el fondo –tal vez las nuevas tecnologías no estén tan relacionadas con los resultados escolares como pensamos-, como con su concepción y diseño, ajeno al mundo docente que debe ponerlo en práctica. “El proyecto de Zapatero peca”, concluía Lacasa en un artículo reciente, “del vicio por excelencia de la educación española: dar todo planificado desde arriba. Seguimos sin aprender nada de los errores de la Logse y su sistema planificador”.

  
  

  
  

  Fuente: La Gaceta